La imposible empresa del retorno a lo rural

En términos físicos de dos cuerpos no sutiles que moran en el espacio-tiempo, Laura y Alejandro son un conjunto colectivo de seres sintientes. Dos personas criadas desde pequeñas en ambientes rurales y desarrollados como adultos en ciudades inmersas de pleno en la hipermodernidad.
Esta hiperlaxitud presente se manifiesta relacionalmente en una sociabilidad líquida, enmarcada dentro de una cultura somática, centrada en el yo más superficial. Las personalidades se construyen alterdirigidas, es decir, dirigidas hacia una mirada ajena y no hacia el interior recóndito.
Para exponer el proyecto presentado, dibujamos una ilustración representativa en la cual la hipermodernidad es la ciudad y, el interior recóndito, lo rural, aunque, en esencia, no existe
diferencia clara y objetiva, ya que hay una hiperconectividad consumista que ha convertido a los pueblos en barrios satélite de ciudades, cada vez más grandes y despersonalizadas, devenidas en parque temático jugable a golpe de billete.
Solo una élite económica dispone, ajena y deshumanizada, el cómo, dónde y por qué, mientras los restos sumergidos en la rueda de las obligaciones se ahoga, miserablemente, en la acumulación obligada de deudas con el estado de las cosas capitalista todoabarcador.
Implicada en este paisaje futurista y distópico, la evolución psíquica y cultural del colectivo formado por Laura y Alejandro, evoluciona pareja con una mentalidad oriental (interiorizada,
estoica, contraria a occidente/imperio, basada en supuestos antiguos). En ese oriente ideal no hay separación entre arte y vida.

Hay un respeto por las condiciones esenciales de las cosas, que aprovecha lo que ya existe evitando la sustitución constante.
Hay devoción por el proceso y rendimiento al arte como camino de crecimiento personal/vital.
Hay inclusividad, y los fenómenos no artísticos se consideran apreciables estéticamente. No hay distinción entre sentidos elevados e inferiores.
Hay belleza en la impermanencia.
Hay belleza en la sobriedad.
Hay gozo al percibir la imperfección de las cosas en la vida cotidiana.
Para su materialización como performance, en este proyecto, mezclamos Butoh y experimentación sonora, amor, compasión e improvisación trabajada. Nuestra investigación consiste en la búsqueda del puente que une la experiencia ordinaria con la extraordinaria, lo cotidiano con lo excepcional, lo sagrado con lo sacrílego, lo rural con lo hipermoderno, a pesar de las sombras, sombras que son invitadas a danzar entre disonancias.


Villanueva del Rosario. Marzo 2023




Idea y creación: Gu!atari
Dirección, dramaturgia, texto: Gu!atari
Coreografía: Laura Maillo Palma
Escenografía: Gu!atari
Vestuario: Gu!atari
Materiales y espacio: Gu!atari
Dirección técnica: Gu!atari
Diseño sonoro: Alejandro Benito Romero